El arriero de sakana en Dantzaleku

Un arriero de La Barranca navarra solía venir a Ataun a vender sal. Iba de casa en casa ejerciendo su profesión.

En cierta ocasión que volvía de Ataun a casa se le hizo tarde y oscureció estando él en el bosque. Y en vista de la situación decidió detenerse en la campa de Berrenoa, quizá en un punto conocido como Dantzaleku.

Ató el burro en un lado y él se tumbó a pasar la noche en una loma de la campa, sin miedo alguno a las bestias del bosque.

Estando allí escuchó las voces de un grupo de personas hablando y le pareció que venían a la loma de Berrenoa.

Las brujas llegaron enseguida, era un grupo grande, y se pusieron a bailar con gran estruendo y frenesí.

Un rato después apareció Maripetraliñ y tomó a una mujer y la colocó junto a ella en un haya. Y le dijo:

– ¿Sabes que la hija de los reyes está enferma, a punto de morir?

– Yo no-le respondió la otra.

– No saben por qué está así.

– ¿Por qué?

– El domingo pasado la muchacha estaba en misa y cuando recibió la hostia sagrada se le cayó un trozo y se escurrió por una ranura de la losa fúnebre inferior. Ahora la tiene un sapo en su garganta, sin poder tragarla. Si se la quitasen al sapo, la limpiaran en alguna fuente y la dieran a tragar a la enferma sanaría inmediatamente.

El gallo cantó poco después y las brujas se alejaron rápidamente.

 

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